3/17/2006

Viaje en Micro...


En Santiago se viaja comúnmente en micro, el medio de transporte público mas usado por los santiaguinos, para algunos indigno, para otros no queda otra. Como a mi no me queda otra viajo en micro, pero tiene sus ventajas y desventajas como todas las cosas, es barato, no manejas, disfrutas aveces del paisaje, hay teatro, música en vivo, se puede comprar y leer. Lo negativo es que no es selectivo, no sabes con que te encontraras, te pueden robar, a veces viajas de pie cuando estas mas cansado, te tocan, y no falta el picante que le grita al chofer, etc. Pero en realidad se puede hacer un viaje agradable, si a lo bueno le agregamos que estas acompañado de tu amigo(a), pololo(a) mucho mejor o ¿no?Igual el que va solo puede conocer a alguien, hay gente que toma siempre el mismo micro y coinciden en los viajes (por lo que me han contado)Debo reconocer que aveces me concentro en las conversaciones de las personas que están en los asientos traseros o los que van de pie a mi lado, los temas más comunes; la familia, el trabajo, copuchas, discusiones, en fin tantas cosas... Pero cito este tema por que hace poco hice un viaje en micro muy distinto al común de los que he tenido, estaba en la casa de un amigo, ya después de comer me comenzó a dar un dolor de cabeza, tipo migraña que hasta la luz me molestaba, cuando llego la hora de salir, tomamos el micro, nos sentamos casi a la mitad, y era tanto el dolor que cerré los ojos y así viaje, se me paso un poco e iba conversando con el. Con los ojos cerrados y con el dolor disminuido comencé a pensar en los discapacitados visuales, y imaginé que la gente al verme hablar así pensaría que yo era uno. Seguí y a medida que avanzaba fui poniendo mas atención, en los ruidos y las voces de las personas, eran mucho más claros que en viajes anteriores, podía oír el roce de la ropa, el sonido de las monedas hasta el corte del boleto. En la marcha, la conversación con mi amigo no era tanta tampoco, imaginaba el viaje, la cara que podía llevar el, los pasajeros, el conductor, el exterior... en esto se sube un cantante, hace su presentación y comenta que cantara una un tema de Tito Fernández, yo le digo a mi amigo que no me gusta el temucano, el cantante estaba al lado de nosotros y me pregunta: - ¿Por qué no le gusta Tito Fernández?- yo marque un segundo de silencio, aun con los ojos cerrados me dije: fui yo el que hice el comentario y no creo que le este preguntado a mi amigo, y le respondí: no me gusta porque es muy llorón –pensé que me dejaría tranquilo- y me dice: A caso usted no a llorado por ninguna mujer? le dije que no, y lo otro que me pregunto me causo risa y respondí negativamente. Aunque me causo mucha curiosidad su imagen, me aguante y no abrí los ojos. Y le hice el cometario a mi amigo, -pensé que estaba hablando contigo- y reímos. Canción siguiente me gusto… y la cantó con una pasajera! (yo hubiese pedido parte de la propina jajaj)
Los momentos (Eduardo Gatti)
Tu silueta va caminando
con el alma triste y dormida,
ya la aurora no es nada nuevo
pa tus ojos grandes y pa tu frente,
ya el cielo y sus estrellas
se quedaron mudos lejanos y muertos
pa tu mente ajena.

Nos hablaron una vez cuando niños
cuando la vida se muestra entera.
El futuro que cuando grandes
ahí murieron ya los momentos,
sembraron así sus semillas
y tuvimos miedo, temblamos,
y en esto se nos fue la vida.

Cada uno aferrado a sus dioses,
productos de toda una historia,
los modelan y los destruyen
y según eso ordenan sus vidas
en la frente les ponen monedas
y de sus largas manos
le cuelgan candados,
letreros y rejas.
Ameritaba una moneda así que saque de mi bolsillo algunas y le pedí a mi amigo que le diera una, (estaba con los ojos cerrados aun) seguimos, 5 minutos después se sube un payaso, tuvo bastante éxito el tipo, igual me reí mucho con el, uno me causo mucha gracia… comienza a interactuar con! el publico y dice: ¡¿están nerviosos? le pregunta a una pasajera:
P: ¿esta con nervio señorita?-
Srta.: no,
P: ¿y desde cuando que no tiene nervio?
Desatando la carcajada en todo el microbús incluyéndome obviamente. Tuvo una rutina simpática, igual a pesar que estuvo seguido del cantante (que aun no se bajaba), los pasajeros le aportaron.Íbamos ya en la Alameda, casi llegando a nuestro destino, que era la biblioteca Nacional, le dije a mi amigo si seria mucho que me baje del brazo como aun ciego, pero abrir los ojos y volví a la realidad, los pasajeros, los artistas que aun estaban ahí, el microbús, los ruidos y el entorno, ya no eran como en mi mente… que lastima… Antes de bajar del microbús mire a los artistas, estaban al fondo, no se si se fijaron que el aparentemente ciego los miró, o la gente que me vio hablar con los ojos cerrados se daría cuenta, solo bajamos y vi de reojo el transporte. Nos quedamos ahí frente a las escaleras de la Biblioteca Nacional, conversamos un poco el tema mientras esperaba otro microbús, me comenzaba nuevamente el dolor, venia el recorrido que me servia, lo hice parar me despedí de mi amigo, subí cancele al chofer, vi un asiento desocupado y me senté al lado de la ventana, mire un rato, cerré los ojos y esta vez no imagine me dormí enseguida y soñé…
¿Qué imaginarias?
¿Has hecho algo distinto en tu viaje en micro?

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La falta de lectura hace que tengamos ripios en nuestras letras, por lo mismo es recomendable que cada vez que escribas tengas en mente a la persona a la cual va dirigido un texto independiente si es a una o a varias.
Hay ingenuidad, soltura, pero falta práctica...

10:56 p.m.  
Blogger Udo said...

Son innumerables las situaciones que se pueden vivir en nuestro sistema de transporte, fuente inagotable de inspiración.
Que interesante el ejercicio ese de ir con los ojos cerrados, ponerse por un instante en el lugar de un no vidente, cuando no tenemos uno de los sentidos hay que recurrir a los otros, al oido, al olfato, al tacto, a la intuición. De haber continuado en esa situación hubieses aceptado que un desconocido te tendiese la mano para ayudarte a cruzar la calle, te habrías entregado a la bondad de un extraño teniéndo en consideración las intenciones de la gente hoy en día?, debo de reconocer que me complica un poco ayudar a gente discapacitada, sobre todo a personas en silla de ruedas, me pone nervioso y creo que en esos caso soy de mejor utilidad no ayudándolo, por suerte con el nuevo sistema de transporte tiene máquinas equipadas para la ayuda a estas personas, por fin algo bueno en este país en donde todo se hace a medias, se barre por encima y se guarda la basura debajo de la alfombra.
Bueno, también creo que me excedí un poquito, sigue escribiendo, hay dinamismo en tus textos y hay curiosidad por llegar hasta el final, nos vemos, que estés bien.

4:38 p.m.  
Blogger  said...

Bueh!!!primero que todo...odio andar en micro!!!me carga!!!la gente apestosa que se nota que tienen la ducha de adorno en sus casas, los viejos califas que se aprovechan de las mujeres cuando las micros van repletas, las viejujas que te piden el asiento, Los vendedores chantas que llegan t te tiran en la jeta los puzzles o las sopitas de letras y, que si no las compras, te las arrancan de las manos de una manera furiosa...waaaa!!!

Pero por otro lado, he conocido muy buenos amigos en la odisea de viajar diariamente en la cajita amarilla...

Besotes x mil!!!

Tangómana...

5:45 p.m.  

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