El gran premio.

Hay tantas personas que desean ganar el gran premio en la vida. Y son pocos los afortunados.
Lo más cercano a ganar algo en la vida ha sido en: las rifas pequeñas de colegio, uno y otro raspe en donde he duplicado el premio de 100 a 200 pesos, los vale otro en los helados y una tarjeta de regalo de $ 5.000 de compra en Falabella (los premios de empresa no cuentan). Pero un premio millonario no lo he soñado, pero si lo he pensado.
Me regalaron un loto, tenia que escoger entre 2 ticket.
No creo mucho en mi suerte con los juegos de azar, pero si ganara uno lo primero que haría seria renunciar a mi trabajo. Y después que…
¿Que podría hacer?
Viajar, holgazanear y comprar.
Podría cumplir casi todos los sueños, digo casi ya que hay cosas que no se pueden comprar.
Todas esas ideas se me vivieron a la cabeza antes de la elección, pero una principalmente. Hoy en día, ¿quien regala algo así? Te están obsequiando la oportunidad de ser millonario. Si eres el ganador con números ajenos no es tu suerte si no la del otro. Sin lugar a duda es una gran prueba de generosidad.
Acepte uno pero sin ninguna fe, quizás porque en el fondo sabia que no era la oportunidad en que ganaría algo así, luego al cruzar la calle me comprometí a entregar la mitad del premio si lo ganaba, es lo mas justo creo yo. Al seguir avanzando por la vereda comencé a pensar en el premio y el afortunado, en que es realmente el premio o el ganador, en cual de los 2 caminantes era uno o el otro.