11/12/2009

Paseo...

Cada imagen tiene una historia... en este caso es un reencuentro, estuvimos uno al lado del otro contemplando un horizonte difuso, las líneas no son claras y no es importante...

Paseo al cajón del Maipo. Pucha que costo llegar, para variar calcule mal la hora de reunión (que se puede esperar de una persona que no sabe nada de operaciones matemáticas), tuve problemas de micro y metro pero finalmente llegué al encuentro, todo estuvo bien, nos dimos los saludos correspondientes y en marcha. A medida que avanzaba recordaba el viaje anterior, venían a mi mente imágenes de lugares, temas de conversación, situaciones de ese entonces y sonreía, No ha pasado mucho tiempo de aquello sin embargo más de algún juego de palabras u oraciones ya habían sido dichas. Escuche, observe, sonreí y dije.
Me di cuenta que para algunas cosas la memoria no me falla, principalmente con esos detalles que para otros no son importantes. En el trayecto hable poco, pensaba en mi cambio, el año más, en lo que me estaba sucediendo y a pesar de que mi mente iba y venia, estaba disfrutando al máximo de la compañía y tarde soleada en ese momento.
Lleve mi cámara, lamentablemente saque pocas fotos por ejemplo: cuando íbamos llegando a san José, en la plaza donde nos detuvimos a caminar unos instantes y mas adelante en un lugar al lado del camino donde paramos. Se veían unos bellos colores en el cielo con nubes, me baje de la camioneta y disfrute de la vista. Observe como se movían los árboles con el viento, escuche el ruido del río cuesta abajo. Ahí saque unas fotos, en especial, a los dedales de oro, la hermosa flor silvestre que adorna carreteras, cerros y prados principalmente en la zona centro con su color amarillo y anaranjado. En esta oportunidad ya estaban cerradas pero aun así son encantadoras . Me gusta que crezcan libres y que el cultivarlas sea difícil. Que flor mas sencilla y con carácter.
Hermosa tarde al costado del camino, ahí estuve rendido a los colores del cielo y las flores silvestres, sintiendo levemente el frío viento que acariciaba mi cara y emocionado con la bella vista. El frío hizo notar aun mas su presencia y me despertó de ese sueño despierto, fue entonces cuando regrese a la camioneta, a lo real. Era tarde y era hora de regresar, el retorno fue algo mudo al compás de la música enigmática, estaba cansado y algo preocupado.


Me gustó ir al cajón del Maipo, de verdad lo necesitaba, caía la tarde y los dedales estaban cerrados.

















::::::salu2 a todos lo que me leen:::::::