las buenas acciones tienen sus recompensas

Quiero en estos minutos recordar… el año pasado mi hermana se encontró una billetera, era de una estudiante. Estuvo 1 semana en la casa y yo no tenia idea hasta que la vi. Pensaba que se le había quedado a unas de mis hermanas o mis sobrinas. Al tenerla en mis manos le pregunto a mi mamá: ¿de quien esta billetera? Ella me dice... que mi hermana la encontró en la micro cuando venia a casa y que la iba a devolver, pero no habían direcciones, solo unos números telefónicos pero que no ha llamado aun.
Me puse a examinarla, claro, encontré los fonos… pase escolar, carnet de identidad y otros papeles.
- Me puse a pensar en mis cosas, las billeteras que he perdido en mi vida (2), las cosas que tenia. ¡UpS! ¡No lo recuerdo!... tuvieron que ser muy importantes entonces je je je … el carnet y los pases… y una que otra fotillo… Grandes tesoros para mi. Jamás las recupere, pero me hubiese gustado.-
Grandes pequeños tesoros, lo que para otros puede ser basura o cosas insignificantes, para uno son eso, tesoros. Entonces me decidí a como fuese lugar devolver el tesoro de otra persona.
Seguí hurgando entre los papeles, encontré varios números telefónicos, los documentos acreditaban distintas direcciones. ¿Cuál será la dirección actual de ella? ¿que numero? Si no es de ella será de alguien que la conoce…
Entonces veo un papel grande, era una impresión de un correo electrónico. - MMM mejor así, escribo un correo mejor quizá la persona del correo sea la dueña o me de el verdadera ubicación de chica.-

Hola
Mi nombre es XXXXXX XXXX he encontrado la billetera de XXXXX XXXXX XXXX con su pase escolar y canet de identidad,. Espero que la conozcas, de ser así le envío el número de celular, para que se comunique conmigo. Y entregársela a la brevedad
Atte.
XXXXXX XXXX

Así recibí luego la respuesta. Me decía que la billetera era de ella, que se había imaginado que no recuperaría las cosas que tenia. Acote en otro correo que a mi me pasó lo mismo en 2 oportunidades y no me gusto la sensación de perder algo que, si no era nada especial para otro, el contenido era muy importante.
Entre correo y correo nos quedamos de juntar.
Pararon ene cosas, yo muy ocupado y ella igual hasta que por fin pusimos fecha y hora.
Era en el metro… en la estación Bellavista de la Florida, en las boleterias. En realidad yo no conocía el nombre y la ubicaba por el 14 de Vicuña (Mall plaza).
Le comente lo ocurrido a un amigo, y me dijo:
- No será peligroso ese encuentro, que pasaría si ella va con algún carabinero y te acusa de que tú le robaste la billetera, o si la acompaña alguien que te pueda hacer algo… creo que es peligroso lo que quieres hacer -
No pensé en estas posibilidades, tenía razón, quizá mi buena acción ¿podría traer malas consecuencias para mi? Pero ya estaba comprometido y tenía que terminar lo que empecé.
Llego el día, amaneció sin ninguna rareza ni mal presentimiento, solo un poco de frío, sin nada particular. Me quede de juntar con amigo después de la entrega del tesoro. Arregle mis cosas, tome la micro tranquilamente, en el transcurso no pensé en nada, solo contemplaba el paisaje, viendo a los pasajeros bajar y subir de la micro. Cuando llegue a mi destino, baje lentamente las escaleras del metro, es una estación grande, y la imagen que tengo de ella es confusa, ya que en el pase y el carnet sale muy distinta, (es increíble como nos vemos en el carnet de identidad antiguo. Muy mal)
Mire las boleterías, por si veía a una chica con cara de “buscando a alguien”, no vi nada raro. Camine otro poco y me apoye en la baranda, observaba las líneas del metro. La llegada y partida de los carros el subir y bajar de los pasajeros... pero nadie se acercaba, me daba vuelta a ver a la gente y nada.

No era el único que esperaba a alguien, no hay nada mas obvio que ver a una persona que espera a otra.

- mira para todos lados.
- cruza los brazos.
- observa la hora a cada minuto.
- da vueltas en el mismo sitio.
- ver el celular y marcar sin hablar.
- la cara, esa de choreado que no te la quita ni la persona que esperas.

No sé si yo lucia de esta forma, solo miraba. Como tenia poca plata en el celular, mande un mensaje, no paso nada.
Pucha, si ella era la parte mas interesada, entonces debía responder o llamar, y no lo hizo. Pero yo ya estaba ahí, y no sería una vuelta perdida. A pesar de la poca plata llame: salude y pregunte si venia en camino. Me respondió que ya estaba ahí y que la reconocería por el gorro rosado y los lentes...
Al cortar desvío la mirada hacia la derecha unos grados y doy con la descripción. La veo, esta sola y lentamente me acerco sin que ella se diese cuenta.
E: hola, eres XXXX XXXXXX
XX: si,
Estaba muy distinta a las fotos del pase y el carnet, conversamos unos segundos y de mi mochila saque lo que tenia que entregar, y puse el tesoro en manos de su dueña, ella con una dulce sonrisa, me da las gracias, no logre ver si sus ojos brillaron, mi reflejo en sus lentes me lo impidió. Sin embargo, ya, en ese instante, me sentí mucho mas aliviado y contento por la hazaña que realice.
- eso es todo, espero que no vuelvas a perderla nuevamente, ya me tengo que ir - le dije.
- yo igual – me dijo. Y en ese instante saco algo del bolsillo y me lo entrego. Esta vez fue mi turno de agradecer, me dio un beso en la cara y nos dijimos adiós.
Lo que hice, fue con el menor de los intereses y jamás pensé en ser recompensado, pero así fue.

Esto lo conservo y no se hasta cuando, en recuerdo de una de mis tantas buenas acciones, y ha pasado a ser uno mas de mis pequeños tesoros.